Julio dela Vega (1924 - )
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Nació en Santa Cruz de
la Sierra en 1924. Es abogado, periodista, escritor y crítico cinematográfico. En 1966
obtuvo el Gran Premio de Poesía Franz Tamayo y en 1969 una Mención de Honor en el
Concurso de Novela Erich Guttentag con Matías, el Apóstol Suplente
(1971). |
Su novela más reciente es Cantango
por dentro (1986). Ha publicado varias obras de teatro, entre ellas Se
acabó la diversión (1975) y La Presa (1982); desde
hace varios años se organiza en Bolivia un festival de teatro que lleva su nombre. Sus
principales libros de poesía son: Amplificación temática
(1957), Temporada de líquenes (1960), y Poemario de
exaltaciones (1967).
Poemas
Del
León de Iberia y de la Orquídea de la Selva
Profeta se Necesita
Descubrimiento del Grillo
Después que hirieron las tormentas
el techo de años sin memoria
los macheteros de la selva
construyeron la aurora
Donde se alzaban Reales renacieron las chozas
dentro de un collar de empalizadas
para iniciar aldeas de caoba
y puertos con palmeras
Sobre el cadáver del jaguar pintado,
sobre la boa y el venado,
ante un paisaje de cañaverales
y oteando llanos ondulantes del León de Iberia
y de la Orquídea de la selva
escribieron la historia
sobre inmortal madera
Ahora en el ojo de la selva canta la nueva raza:
Tú eres la tierra prometida
tambor de pastos y maizales,
zarzal que aplasta el puercoespín
Tú eres la tierra prometida
vasto confín de verdes hojas.
Morenas trenzas al rocío,
melena negra en las hamacas
Talle del mimbre en los bajíos,
llanos del búfalo y el tigre
Tú eres la tierra prometida
canto de amor del taquirari,
cuando los altos totaíes
limpian el polvo de la luna,
tú eres la tierra prometida
¡País del Ojo de la Selva!

Sin violencia o con violencia.
Con el antiguo verbo,
que es antiguo, es siempre
y es de ahora,
es verbo.
Fabricando piedad para la gente
o anticipándose a sus verdades,
en présago
o en evocador,
señalando la ruta al huracán
o trepando a gatas en su cola.
Prisionero,
libre,
vivo o muerto,
héroe o villano.
Como ejemplo o como anhelo
prendido en la solapa
o escondido en una estampa
del último bolsillo.
Por la radio,
por el cine
o por la televisión
hablando,
o sin poder ya hablar.
Nativo o extranjero
pero que logre el compromiso de la aurora
y de la fe por siempre,
y sepa obligar
y conminar
y manejar el rayo admonitor
no ya para el augurio bueno
sino ya aunque sea para el primer zapato
de los niños
y su primera letra.
Que sepa erguirse pleno
con el látigo de fuego entre las manos
para resucitar a golpes
no a la esperanza grande
sino, apenas al mínimo consuelo,
a la compensación
de que donde no hay pan
no haya tampoco odio.
Acompañado o solo,
con séquito de mujeres bellas
que hagan salir el fuego de sus manos,
o, simplemente,
con secretarias de escritorio y de rodilla
que el fuego lo utilicen
sólo para sus labios.
Que grite en forma clara
en un decir que el pan es pan y el vino vino
o que transmita en morse
con barba o con tonsura
a las dos cosas juntas.
Tocando las campanas en el solemne encierro
o a campo traviesa.
Por la plegaria o por la espalda
pero dotando ya
de un porvenir que muerda espigas en presente,
salvando el cuerpo y salvando el alma
ahora, ahora, ahora,
con urgencia
se precisa
en cada esquina y en cada barrio,
junto al farol de luz
y al grifo público de agua,
contiguo al monumento
o al muro de ladrillo,
al lado de la piedra inaugural
de toda obra,
en el baldío o el pavimento,
o en el huerto de olivos
o en la trinchera abierta
en el cercado ajeno y en el propio,
bajo relámpagos nocturnos
o en la apacible tarde,
con pesadumbre o alegría,
arrastrando cadenas
o una pesada cruz.
De capitán o marinero
del fondo de la grey
o a su cabeza
se lo precisa ahora
¡VENGA ...!

Abrió ante los soldados portones la leyenda
y entraron en la gloria pisando la maleza...
Vino a platear la luna adargas y armaduras
cuando moría la tarde asida en los celajes...
El oído de la tropa sintió vibrar los élitros,
sintió la nueva música en instrumento nuevo
y el grillo serruchando y cantando sus saltos
colgó canción de alambre donde estallaban trinos
Y entre las barbas negras que aclaraban sonrisas
se inventó la guitarra minúscula del grillo...

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